viernes, 12 de octubre de 2012

7 de Octubre 2012 ... Paseo a Banyoles y ascenso al Rocacorba.


 Salida del club ciclista Pineda en coche, rumbo a Banyoles con la sana intención de "escalar" el Rocacorba.

 Nos levantamos tempranito y quedamos a las 7:30 a.m. delante del Amargant.



  Iniciamos la ruta y al llegar a destinación, después de dar unas cuantas vueltas (no de campana), aparcamos al ladito del precioso lago tan conocido por todos.

 Nos decidimos a tomar unos cortaditos en el bar...

 ... y empezamos a calentar dando unas vueltas por tan precioso lugar. Una vez aclimatadas nuestras  piernas, empieza el desafio.

 Los primeros 4 kilómetros y medio son los más llevaderos, pero a partir del 4,5 al 13,8, se torna un infierno para todos nosotros. Con hitos kilométricos que te indican el porcentaje de desnivel, (léase, 10,5-11,3-otros 10) y así sucesivamente hasta el final, hasta la misma base de las dos torres de antenas que marcan el fin de una  ascensión, que se desea mucho antes de llegar. Por si fuera poco, algun graciosillo se dedicó a pintar en el asfalto diferentes mensajes de "apoyo" (que oportuno y que manera tiene nuestra mente de jugarnos malas pasadas).

 Después de mucho sufrir, de nueve que somos, llego el cuarto arriba. Ya está bien para mí.

 Una vez arriba, todo lo pasado, se esfuma de un plumazo al contemplar a dónde hemos llegado. 970 metros a nuestros pies se contempla toda la garrotxa y alrededores. El lago desde aquí es un simple charco.
Las vistas son espectaculares. El día es claro y hasta dónde nuestros ojos alcanzan a ver, todo es bello. Un festival visual.

 Curiosamente, encontramos una pequeña tarima de madera, que recorre unos metros y de pronto desaparece en el precipicio. Nos preguntamos qué es y dado lo alto del lugar, caemos enseguida.

 Descenso de parapentes. Increible. Empiezas a correr... ¡ y a volar!. Planear y planear hasta el lago llegar.
Se me erizan los pelos solo de pensar.

 Exhaustos por la aventura, tomamos las fotos de rigor. Sacrilegio si no traes cámara. Te pego leche.

 El fin de la jornada, llega en el momento de bajar por donde hemos venido, cargar la bicicleta en el coche y
partir otra vez a nuestro hogar de origen.

 Después de ésto, aún me entran más ganas de seguir subiendo puertos y descubriendo nuevas cimas. Ampliar horizontes con mi querida Wilier. Saludos a todos y disfrutad de las fotos. 

 Dj-van.












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